Para estar rodada en 1958, contar con un presupuesto de serie b, con una historia un poco mediocre como base, y unos diálogos tan solo "buenos", "Touch of evil" ("Sed de mal"), es una de las películas de cine negro más modernas de la historia. La obra terminó en manos de Welles casi por accidente. Un Chartlon Heston disconforme exigió que fuese dirigida por el maestro estadounidense o no interpretaría el papel principal, el honesto policía mejicano Vargas. Se ha planteado la duda de quien era realmente el protagonista, ya que el abultado tiempo en escena de Welles como el policía corrupto Quinlan, da lugar a una genial caracterización de un personaje rastrero, xenófobo, marcado por un pasado semioculto y que se tambalea a un lado y a otro de la ley para satisfacer sus propios intereses. Por otro lado, se nota la falta de presupuesto para un Welles que llevaba retirado 10 años, por eso la película recuerda escandalosamente a un estudio de Hollywood. Como amante de la música, creo que todo el mundo debería hacerle un hueco en su colección a la banda sonora de Henry Mancini, un mestizaje soberbio de rock and roll, jazz, pianola y música latina que encaja en la película como esa atmosfera de nocturnidad inseparable del cine negro. Otro factor clave en la película es la fotografía de Russel Metty, de ahí mi elección como imagen de entrada este juego de sombras imposible. Parece que la rejuvenecida y rebelde mano de Welles se combinó con la de Metty exclusivamente para ver nacer a "Touch of evil", que según Cahiers du cinema, es la mejor película de serie b de la historia. ¡Juzguen ustedes mismos!
sábado, 5 de diciembre de 2009
"Touch of evil", Orson Welles(1958)
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