miércoles, 21 de septiembre de 2011

"Qing shao nian nuo zha", Tsai Ming-Liang (1992)

"Los Rebeldes del Dios de Neón"

"Rebels of the Neon God"

El cine de Tsai Ming-Liang o lo amas o lo odias, pero nunca deja indiferente a nadie. He visto varias de sus películas, todas ellas muy peculiares y apasionantes en mi opinión, tan sobrias que algunos las tachan de lentas y aburridas. Este efecto soporífero quizás se deba a personajes cuyas vidas no difieren tanto de las nuestras, o talvez, a que el día a día en una metrópoli resulta demasiado aburrido y nada azaroso. Lejos de pretender emitir juicios de valor sobre el porqué de esta opinión, "Los Rebeldes del Dios de Neón" es un film sobre la cotidianeidad en su estado más puro, sin más adornos que una banda sonora compuesta por una melodía repetitiva. No obstante, creo que es la obra más accesible de cuantas he visto del taiwanés.

Como buen cinéfago me gusta trasladarme a la vida de los personajes, me parece más interesante que contemplar la de los mismos y a eso me remito cuando quiero ver una película. No me refiero solo al hecho de que me abstraiga y consiga introducirme en la piel de otra persona, sino a algo que va más allá. Tras un visionado de "Los Rebeldes del Dios de Neón", nos apetece ir a Taipei a comer arroz con palillos, recorrer en moto sus sombrías avenidas de infinitos neones o patinar en esas pistas similares a las de los coches de choque de toda la vida. Por otro lado, Tsai Ming-Liang no nos ofrece el típico panorama de una ciudad bulliciosa y mugrienta, su obra nos invita a la reflexión sobre una sociedad alineada al mismo tiempo que nos sobrecoge con la atmósfera que envuelve a los protagonistas.

El argumento se centra en 4 personajes. El principal es Hsaio, un joven estudiante que decide abandonar la escuela y recuperar el dinero que sus padres habían invertido en la matrícula sin que estos se enteren. Harto de vivir con ellos bajo el mismo techo, emplea el dinero conseguido para marcharse a Taipei y comenzar una nueva vida. Los siguientes en aparecer son Ah Tze y Ah Bing, dos ladronzuelos que viven un apartamento que se inunda cada dos por tres debido al mal funcionamiento de un desagüe. Y por último, se nos presenta a Ah Kuei, una chica enrollada con Ah Tze y que trabaja en una pista de patinaje.

Si habéis visto otras películas de este autor os habréis dado cuenta de que el agua es un tema recurrente en su filmografía. Taiwán es una isla en la que llueve muchísimo y Tsai Ming-Liang ha decido incorporar el líquido elemento en cada una de sus obras de diferente manera. El agua actúa siempre como un factor incontrolable, capaz de alterar el comportamiento de los personajes e incluso de llegar a desquiciarlos. De alguna forma, es como un personaje más de la película y cuya presencia resulta una amenaza para el resto. En "Los Rebeldes del Dios de Neón", el agua aparece una y otra vez, ya sea en forma de lluvias torrenciales o anegando completamente el piso de Ah Tze y Ah Bing. En alguna escena, hasta sirve como telón de fondo para reflejar la falta de comunicación entre los habitantes del apartamento, quienes se sienten abrumados por las circunstancias que los rodean.

Respecto a los personajes no tengo demasiado que comentar, me parecen muy buenos en sus papeles. Lee Kang-Sheng hace todo lo que se espera de él en su papel de Hsiao: un alma perdida en una metrópoli, sin identidad propia ni perspectivas de algún tipo. Los macarrillas Ah Tze y Ah Bing están bien interpretados por Chen Chao-Jung y Jen Chang-Bin respectivamente, aunque este último tiene algún que otro desliz en sus últimas escenas. Y por último, Yu-Wen Wang, que recrea muy bien a la inocente e inmadura Ah Kuei.



Banda sonora:


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